Notas flotantes. Carlos Bianchini inaugura la edición fronteriza del festival Periferias

En el Auditorio Carlos Saura del Palacio de Congresos, el barcelonés Carlos Bianchini ofreció un espectáculo total, Yo, piano (inequívoca referencia a Isaac Asimov), que en sí mismo resumió la filosofía de esta edición de Periferias dedicada a las fronteras. Una elaboradísima hibridación de lenguajes que incluyó música, performance y videoarte con una escenografía y un diseño de luces realmente espectaculares, obra de Tagore González e Isis de Coura.
Las iniciales notas de piano, deudoras de la corriente minimalista, se fueron entrecruzando con el ruido creado por el choque entre teclas de piano contenidas en unos recipientes. Las notas parecían flotar en el aire a través de ecos, loops y drones mientras la música tornaba hacia el impresionismo de Satie y Mompou, y se fundía con sonidos electrónicos de dark ambient.
Todo ello trufado con efectos de piano preparado, curiosos ejercicios gimnásticos con la banqueta, vídeos con la estética entre espiritual y cósmica de Bill Viola (agua, fuego, arena), un bellísimo cubrimiento del piano con un manto dorado o emocionantes reflexiones sobre la naturaleza de la música, la relación artista/piano o lo inasible del arte. En suma, un fascinante ejercicio poético capaz de dinamitar todo tipo de fronteras.